Ella cerró la puerta con absoluta discreción. Tan lento caminaba, que flotaba. Llegó al sillón y respiró profundo durante algunos segundos. Apagó la única luz que quedaba prendida en la casa. Y pensó:
¿Será que esto es realmente mi vida?
Y el sueño la venció.
K.
bello, Mr. Kite.
ResponderEliminarSaludos!