16.2.10

El Horror

Me preocupan las larvas que crecen en los rincones de mi casa. A veces pasan los días y logro olvidarme de ellas. Todo parece tan limpio y ordenado, cada cosa en su lugar. Pero justo existe el momento en el que de un vistazo lo descubro, un hoyito en la pared, un recoveco del que salen sonidos indescifrables. Y entonces lo sé, ellas existen.

Ahí, entremedio de las estructuras.
Crecen, nacen, copulan.

Entonces, no pienso en nada más. Las noches son largas y el horror profundo. Ha pasado que me encuentro a alguna de frente, en el filo de un estante, confundida entre lo cotidiano. Siento como me mira con sus ojos de juicio, vacíos e infinitos. Y lo entiendo todo. Nuestro fin será así. 


Un día ellas terminarán de crecer, devorarán nuestras paredes, y nos sorprenderán la mañana de un domingo, frente al televisor y en pijama.

K.

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