11.4.10

Miedosa

A respirar. A no volver a comer. A que se vaya. Al frío, al calor. A que no me escuche. A que no me haga caso. A que no me escojan. A que me digan niño y no niña otra vez. A sacarme cinco. A que se vayan de noche y yo me tenga que dormir sabiendo que no están, leyendo revistas con la luz tenue de la lámpara de su cuarto, fingiendo que estoy tranquila, sonriendo. A que no me inviten. A que se haga su amiga y deje de ser la mía. A que lea mi carta escondida en su almohada y me deje de hablar. A que se acabe la película y todos se vayan a dormir y yo no tenga sueño. Al árbol que hace sombra en mi pared y se parece al de "Poltergeist". A la noche. Al insomnio sin saber que se llama insomnio. A que mi mamá crea que hago "cosas malas" y me obligue a confesarlas cuando sólo estoy jugando. A que mi hermana sea mejor que yo. A que me pase lo que le pasó a la familia de "Rojo Amanecer". A que el pararayos no funcione y le caiga un rayo a mi casa. A que las abejas africanas lleguen a México y nos maten a todos. A que los extraterrestres me lleven y me hagan experimentos. A que mi papá se enoje conmigo. A enseñarle la boleta. A los niños. A la canción de Freddy Crouger. A bajar por un vaso con agua a oscuras. A las niñas perfectas de mi escuela. A que me digan Olga Brisky. A la hora de la salida y a Carmen, que vendió boletos en la primaria por golpearme frente a todas las niñas perfectas de mi escuela. A ponerme traje de baño. A los tiros al aire en año nuevo. Al apocalipsis. Al infierno, pero sobre todo, al purgatorio. A Dios. A los exámenes. A la tercera guerra mundial. A mi hermana que no le gusta que la roce. A que el avión se caiga. A que mi papá se duerma en la carretera. A verlo bailar con la que le gusta. A no bailar con nadie. A que mi papá nos cache en el sofá. A sus palabras. A que lo diga en serio. A no querer volver. A que no me quieran. A estorbarles. A que no me escojan. A sacarme cinco. A que nunca quiera volver. A ir a la escuela con el pelo sumamente corto. A que me digan niño otra vez. A que no me escuche. A pedir perdón. A oír hablar detrás de la puerta. A hacerles gastar dinero que no tienen. A no tener para ir al viaje. A irme. A caerme por un barranco. A tomar la decisión equivocada. A no ganarme el mejor premio. A no ser más que una farsa. A que me roben con un cuerno de chivo. A que sepan lo que hacemos en el bosque. A que no entiendas a qué fui y cómo volví. A hablar de lo importante. A los espejos de noche. A querer simplemente brincar. A encontrarme la carta que te mandé tirada en un rinconcito. A que me abraces por compromiso. A que el camión se estrelle de noche. A volver. A querer regresar. A irme. A que no entiendas el no. A no haber dicho que no. A quedar embarazada. A que alguien se muera. A no poder respirar. A comer. A que se vaya. A no ser lo suficientemente buena. A no contestar bien. A no poder irme. A conocer la nueva ciudad. A enojarme mucho otra vez. A su acento extranjero. A no entender. A no saber. A no llegar a fin de mes. A que me dejen 10 centavos de propina. A que este trabajo también me aburra. A que este muchacho también me aburra. A que esta escuela también me aburra. A estar embarazada. A no vivir lo suficiente. A la crisis. A la depresión de mi papá. A que quiera despedirse. A nunca encontrar para qué soy realmente buena. A descubrir que en nada soy realmente buena. A cagarte la vida. A no poder escapar si quiero escapar. A no querer estar contigo. A volverme lo que no me gusta de mis padres. A mi closet. A mis pesadillas. A imaginarme de ochenta y seis. A que nunca me conozcas realmente.

K.

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